sábado, 13 de junio de 2020

¿Qué es la Filosofía?



¿QUÉ ES A FILOSOFÍA?


                Yo no entiendo a la Filosofía como una cosa que está ahí: en la biblioteca. Yo la entiendo como lo que me pasa; por eso el modo de concebir la Filosofía es un poco una experiencia personal. Pues bien, aquí se trata justamente de eso: de hablar de lo que “nos pasa”.
                    En un sentido originario y fundamental, la Filosofía se ha definido como “Amor (FILIA) a la Sabiduría (Sofía)”, es decir que, desde su etimología, la Filosofía tiene que ver con el amor; y existencialmente la sabiduría y el amor convocan al hombre en su “ser entero”. Es decir que el amor y la Filosofía tienen un lugar común, este lugar común es lo que llamamos “encuentro”, entendiéndolo como el “descubrimiento de una presencia
                     Amor y Filosofía nacen en el encuentro, y desde allí entrelazan sus caminos. Aunque con diferencias, claro está: porque la Filosofía, si bien no puede hacerse sin amor, es posible en soledad; el amor, en cambio, siempre necesita más de uno. Por eso en la Filosofía hay una vocación de saber que quiere “ligar” al hombre con todo. Ligarlo, a través del encuentro, al descubrimiento del mundo, de los otros y de la trascendencia.
                      Así, por medio del encuentro, todo lo que existe se “presenta” al hombre; y el des-cubrir dicha presencia, siempre provoca asombro y admiración. Esta presencia compromete la libertad de quien hace Filosofía y comienza así un camino de búsqueda casi sin término. Porque la Filosofía es un permanente preguntar, responder y volver a preguntar: “vocación de saber, asumida como búsqueda constante”.
                       No se trata, entonces, de una cosa tranquila y fácil; la búsqueda que la Filosofía implica tiene todos los rasgos de una “agonía” (del griego AGON = Lucha); de una lucha entre el error y la verdad, entre la soberbia y la humildad. De una tensión que el filósofo mantiene siempre entre lo verdadero y lo aparente.
                       La Filosofía tiene su origen en lo cotidiano, por lo tanto, el filósofo se afirma en la situación histórico-concreta en la cual vive. Nuestro camino será, entonces, promover el encuentro con lo cotidiano, para que a partir del des-cubrimiento pleno de las cosas, iniciemos el camino de búsqueda que lleva a la sabiduría: HACER FILOSOFIA.







Para profundizar.... leemos a Jaspers
http://www.olimon.org/uan/jaspers-la_filosofia.pdf

Un resumen... 
http://html.rincondelvago.com/la-filosofia_karl-jaspers.html









martes, 17 de abril de 2018

Aristóteles

Aristóteles

       Aristóteles nació en el 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad macedonia situada cerca del monte Athos. Desde muy pequeño, fue instruido por su padre en los secretos de la medicina, avivando años después su pasión por la investigación experimental.




       Con apenas 17 años, el ahora célebre polímata se trasladó hasta Atenas para ingresar en la Academia de Platón, cuyo pensamiento rechazó por completo. Aristóteles se vio obligado a perfilar términos de gran significado en su filosofía como :                                                                             sustancia , forma y materia

En contraposición al mundo de las Ideas impuesto por su maestro y desarrollando así su teoría hilemórfica para fundamentar su posición contrapuesta al reencarnacionismo platónico

       Décadas después, tras el fallecimiento de Platón y la adquisición de experiencia en ámbitos como la escritura o la enseñanza, la historia lo sitúa como tutor de un jovencísimo Alejandro Magno.

       A partir de ese momento, el fundador del famoso Liceo de Atenas comenzó a desarrollar su propio pensamiento filosófico, a través de la revisión de obras ya publicadas. Dando como resultado el fundamento de todas las ciencias. Entre ellas, la física, las matemáticas o la teología. Elaboró una doctrina de gran profundidad que requirió cientos de años para su completa interpretación. Tras una larga carrera Aristóteles muere en el exilio  en la isla de Chalcis, en el año 322 a.C. a la edad de 62 años. 

       Frente al idealismo de su maestro, la filosofía de Aristóteles destaca por el realismo y un mundo compuesto por objetos indivisibles de forma y materia. La realidad de este compuesto se estudia a través de la metafísica, que determina, según el autor, las diez categorías que conforman el ser: la sustancia, la cantidad, la relación, el tiempo, el lugar, la cantidad, la situación, la posesión, la acción y la pasión. 

       Por otro lado, la ética aristotélica se basa en el eudemonismo, un concepto que representa la justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad. Términos como el hedonismo, el estoicismo o el utilitarismo podrían pertenecer a este pensamiento. El objetivo del ser humano es ser plenamente feliz, un destino que solo podemos lograr a través de la búsqueda del conocimiento y la razón. Por esto, la Política es para Aristóteles la ciencia práctica más importante de todas pues no busca una dicha individual, sino colectiva.

        Otro aporte fundamental para agregar al pensamiento de Aristóteles es el concepto de Primer Motor Inmóvil. Esta idea sostenida sobre la base del cambio constante, en el mundo real, de la 
potencia al acto 
y su lógica argumentación de una primera causa o motor inmóvil como primer principio 


El hombre como ser educable.

Perfectibilidad y Educabilidad humana
El hombre como ser educable


            El hombre es el único ser capaz de educarse, él es el dueño de sus metas, las cuales lo impulsan a actuar. El hombre es un ser educable por su capacidad de discernimiento, comunicación y espiritualidad lo cual le abre un amplio abanico de posibilidades, donde ha de elegir y auto perfeccionarse.
          
         El hombre es educable porque es libre, libertad que puede utilizar para adquirir aprendizajes y experiencias día a día, tiene la oportunidad de equivocarse, de rectificar sus errores y continuar hacia adelante, es decir, el hombre tiene la oportunidad de crecer y aprender de sus desaciertos constantemente. El hombre es un ser social, un ser que necesita aprender a convivir dentro de un grupo, por lo tanto es necesario que se construya con principios morales y valores. Esto requiere modelos de comportamiento que inspiren en la construcción de sí mismos como personas y como seres que comparten en sociedad. 

           La  educabilidad  es la capacidad que el individuo tiene de adquirir nuevas conductas a lo largo de su existencia. Radica en la posibilidad que tiene el hombre de formarse. El hombre existe, pero tiene la misión de hacerse. Debe desarrollar aptitudes y capacidades que lo ayuden a sobrevivir. La educabilidad es una posibilidad y una categoría humana. Debido a la Educación, el ser humano es capaz de acceder al plano del hacer, del valorar y del saber, vale decir, es capaz de superar su naturaleza primaria.

           El educarse es fundamental en el hombre, mediante la ayuda y colaboración con otros se convierte en una persona autónoma e independiente, capaz de convivir con otros armónicamente.


Paulo Freire Educación Popular

      Paulo Reglus Neves Freire, conocido como Paulo Freire, nació el 19 de septiembre de 1921, en Pernambuco, Brasil. Fue un educador y experto en temas de educación, de origen brasileño. Uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.

Para saber de quién hablamos:  Biografía




Educación popular


         Es una rama de las Ciencias Sociales, específicamente de la Pedagogía, que basa el proceso de aprendizaje de un individuo en la práctica, las experiencias, el razonamiento y el contexto social de ésta. Es decir, el individuo aprende del medio que lo rodea.

         Fue a partir de los pensamientos y las acciones del educador brasileño Paulo Freire, considerado el padre de la Educación Popular, que esta corriente educativa empezó a tener gran auge en Latinoamérica y en el mundo.

        Paulo Freire desarrolló un programa de alfabetización de los oprimidos y divulgó por el mundo sus ideas al respecto. Es un modelo de ruptura en relación muchas veces con las prácticas de resistencia. Además, está íntimamente ligada a la desnaturalización de la realidad y la transformación radical de la sociedad.

"La escuela -decía Freire- es el lugar donde se hacen amigos; no se trata sólo de edificios, aulas, salas, pizarras, programas, horarios, conceptos? Escuela es sobre todo gente, gente que trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima. El director es gente, el coordinador es gente, el profesor es gente, el alumno es gente, cada funcionario es gente. Y la escuela será cada vez mejor, en la medida en que cada uno se comporte como compañero, amigo, hermano. Nada de isla donde la gente esté rodeada de cercados por todos los lados. Nada de convivir las personas y que después descubras que no existe amistad con nadie. Nada de ser como el bloque que forman las paredes, indiferente, frío, solo. Importante en la escuela no es sólo estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de camaradería, es convivir, es unirse. Ahora bien, es lógico? que en una escuela así sea fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer amigos, educarse, ser feliz".

            Entre los pilares de su visión, está la comunicación e interacción entre todos los participantes para conseguir la libertad humana; una interrelación entre docente y discente, que aprenden y enseñan mutuamente; una filosofía educativa pretende ponerse en el lugar de los oprimidos; el diálogo como base de la metodología lo mismo que el respeto entre las personas.

           Freire buscaba cambiar la sociedad gracias a la alfabetización para que los oprimidos se conozcan a sí mismos y se desarrollen socialmente. Además de recuperar su dignidad perdida. Una base clave de su pedagogía es la "inmersión del educador en la forma de vida, cultura y lenguaje de los educandos. Así, el educador empatiza con los educandos y aprende de ellos".






















jueves, 26 de octubre de 2017

La Posverdad


       En la alegoría de la caverna de Platón, el famoso filósofo griego planteaba que la verdad es independiente de nuestras opiniones. Estará siempre ahí aunque nadie crea en ella. Es una visión muy idealista sobre lo que existe. 
       Sin embargo, esta idea tan poderosa también tiene un lado oscuro: la mentira también puede subsistir y acaparar toda la atención porque, si bien no describe fielmente la realidad, no le hace falta; simplemente "funciona" en nuestras cabezas. Nos permite construir un relato sobre nuestras vidas,. Por eso sobrevive.
       Hace unos meses el Diccionario Oxford señaló que la palabra del año 2016 había sidopost-truth, que en castellano es algo así como posverdad. Este concepto señala que entre la verdad y la mentira hay un territorio de aguas turbias que escapa a esas dos definiciones.

¿Qué es la posverdad?

       La posverdad se ha definido como un contexto cultural e histórico en el que la contrastación empírica y la búsqueda de la objetividad son menos relevantes que la creencia en sí misma y las emociones que genera a la hora de crear corrientes de opinión pública.
       Básicamente, la palabra sirve para señalar una tendencia en la creación de argumentarios y discursos que se caracteriza por partir de la asunción de que la objetividad importa mucho menos que el modo en el que lo que se afirma encaja con el sistema de creencias que sentimos nuestro y que nos hace sentir bien.
       La posverdad supone un emborronamiento de la frontera entre la verdad y la mentira, y crea una tercera categoría distinta a las dos anteriores. Una en la que un hecho, ficticio o no, es aceptado de antemano por el simple hecho de encajar con nuestros esquemas mentales.
Para entender más....



EL PELIGRO DE UNA SOLA HISTORIA


martes, 25 de abril de 2017

Los Sofistas

       Los sofistas eran pensadores que desarrollaron su actividad en la Grecia democrática del siglo V a. de C. Los filósofos de la naturaleza, los fisiólogos, habían elaborado diferentes teorías para explicar el cosmos. Los sofistas van a cambiar el objeto de la Filosofía. Ahora, el tema de reflexión es el hombre y la sociedad. Como los sofistas eran viajeros, conocían diferentes culturas, totalmente distintas a la griega. Por eso se plantearon problemas referidos a las costumbres y las leyes. ¿Son las costumbres y leyes un simple acuerdo, una convención, o son naturales? Así surgió la idea de RELATIVISMO.
         Los sofistas eran maestros que iban de ciudad en ciudad enseñando buenas costumbres y a triunfar en la política. El arte de hablar en público, la retórica, era esencial en la democracia griega, donde los ciudadanos participaban constantemente. Las enseñanzas de los sofistas tenían un fin práctico, saber desenvolverse en los asuntos públicos. Fueron los primeros pensadores que cobraron dinero por sus enseñanzas. Unos de los principales sofistas fue Protágoras (480-410 a. de C.) Comenzaron siendo muy prestigiosos por su cultura general, su buena apariencia y su erudición pero fueron perdiendo prestigio a lo largo del siglo justamente por su relativismo y por la comercialización del pensamiento. Si bien era aceptado en la Grecia Antigua que los poetas, artistas y educadores en general, cobrasen por sus servicios, el desprecio con el que los sofistas fueron tratados en ocasiones no nacía del hecho mismo de recibir remuneración, sino de hacerlo, sobre todo, por la formación en la llamada areté: el arte de la política y la ciudadanía, que incluía todas las técnicas persuasivas para hacerse un lugar en la administración de la polis. La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. «Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles», dice Protágoras. Los sofistas proclamaban que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte «conducción de almas». 
      Muy por el contrario de los filósofos, su finalidad intelectual no era la búsqueda de la verdad, sino lograr un alto prestigio en sus discípulos y oyentes, obtener jerarquía política, social y monetaria.
En un comienzo ser sofista no era deshonroso. Gracias a su preparación e influencia, el sofista fue considerado como la imagen intelectual y carismática del saber, siendo apreciado por gran parte de la élite social ateniense. Sin embargo, el movimiento degeneró, se convirtió únicamente en un medio lucrativo: manipular a la sociedad griega con argumentos relativos y hasta con falsas nociones tan sólo para obtener alguna utilidad material.
       Para el pensamiento sofista la verdad depende del sujeto, de la interpretación y visión de cada persona. El bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva personal con la que se valora algún hecho o situación.
En la actualidad podemos ver individuos que nos recuerdan a estos célebres pensadores griegos. Específicamente en el campo de lo que llaman “superación personal”, pseudos-filósofos emiten (venden) conferencias, libros, artículos y demás mercancía. Estos individuos se valen de argumentos sentimentales y alejados de todo conocimiento verdadero, se convierten en excelentes mercaderes, sin importar si en realidad ayudan a las personas.
     Para el sofista, el saber tiene una finalidad lucrativa,  para el filósofo, un camino hacia la plenitud humana.










sábado, 11 de marzo de 2017

Platón (Atenas, 427 - 347 a. C.)

Platón nació hacia el año 427 a. C. en Atenas en el seno de una familia aristocrática ateniense.
El nombre de Platón fue, al parecer, el apodo que le puso su profesor de gimnasia y que se traduce como aquel que tiene anchas espaldas, según recoge  Su nombre verdadero fue Aristocles.

Junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica occidental.
Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas. Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.




Platón conoció a Sócrates a la edad de 20 años. A partir de allí, fue uno de los miembros más cercanos del círculo socrático hasta que en 399, Sócrates, que contaba unos setenta años, fue condenado a la pena de muerte por el tribunal popular ateniense, acusado de "impiedad" (es decir, de no creer en los dioses o de ofenderlos) y de "corromper a la juventud".
Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras, tras una negativa experiencia en Siracusa como asesor en la corte del rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de filosofía, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de Academia. 





La Academia de Platón, organizada con sus reglamentos, contaba con una residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la Lógica, la Ética o la Física. Pervivió más de novecientos años y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como su discípulo Aristóteles
A diferencia de Sócrates, que no dejó obra escrita, los trabajos de Platón se han conservado casi completos. La mayor parte están escritos en forma dialogada; de hecho, Platón fue el primer autor que utilizó el diálogo para exponer un pensamiento filosófico, y tal forma constituía ya por sí misma un elemento cultural nuevo: la contraposición de distintos puntos de vista y la caracterización psicológica de los interlocutores fueron indicadores de una nueva cultura en la que ya no tenía cabida la expresión poética u oracular, sino el debate para establecer un conocimiento cuya legitimación residía en el libre intercambio de puntos de vista y no en la simple enunciación.


La teoría de las Ideas

La doctrina de las Ideas se fundamenta en la asunción de que más allá del mundo de los objetos físicos existe lo que Platón llama el mundo inteligible. Tal mundo es un reino espiritual constituido por una pluralidad de ideas, como la idea de Belleza o la de Justicia. Las ideas son perfectas, eternas e inmutables; son también inmateriales, simples e indivisibles.
El mundo de las Ideas, aprehensible sólo por la mente, es eterno e inmutable. Cada idea del mundo inteligible es el modelo de una categoría particular de cosas del mundo sensible, es decir, del universo o mundo material en que vivimos, constituido por una pluralidad de seres cuyas propiedades son opuestas a las de las Ideas: son cambiantes, imperfectas, perecederas. En el mundo inteligible residen las ideas de Piedra, Árbol, Color, Belleza o Justicia, etc.; y las cosas del mundo sensible son sólo imitación o participación  de tales ideas, es decir, copias imperfectas de estas ideas perfectas.
Sólo el mundo inteligible es el verdadero ser, la verdadera realidad; el mundo sensible es mera apariencia de ser. Dado que el mundo físico, que se percibe mediante los sentidos, está sometido a continuo cambio y degeneración, el conocimiento derivado de él es restringido e inconstante; es un mundo de apariencias que solamente puede engendrar opinión (doxa) mejor o peor fundamentada, pero siempre carente de valor. El verdadero conocimiento (epistéme) es el conocimiento de las Ideas.
Existe pues un mundo inteligible, el de las Ideas, que posibilita el conocimiento, y un mundo sensible, el nuestro. Esa misma dualidad se da en el ser humano. El hombre es un compuesto de dos realidades distintas unidas accidentalmente: el cuerpo mortal (relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las Ideas, que contempló antes de unirse al cuerpo). El cuerpo, formado con materia, es imperfecto y mutable; es, en definitiva, igual de despreciable que todo lo material. De hecho, la abismal diferencia entre el nulo valor del cuerpo y el altísimo del alma lleva a Platón a afirmar que "el hombre es su alma" y que "el cuerpo es la cárcel del alma"
Platón explicó el origen del alma mediante la "alegoría del carro alado", que se encuentra en el Fedro. Las almas residen desde la eternidad en un lugar celeste, donde son felices contemplando las Ideas; marchan en procesión, cada una de ellas sobre un carro conducido por un auriga y tirado por dos caballos alados, uno blanco y otro negro. En un momento dado el caballo negro se desboca, el carro se sale del camino y el alma cae al mundo sensible. Es decir, las almas se encarnaron en cuerpos del mundo sensible por una falta de su aspecto concupiscible (el caballo negro; el blanco representa el pasional o irascible), que la razón (el auriga) no pudo evitar.
El alma, pues, se halla encarnada en el cuerpo por una falta cometida; de ahí que el cuerpo sea como la cárcel del alma. La unión de alma y cuerpo es accidental (el lugar natural del alma es el mundo de las Ideas) e incómoda. El alma se ve obligada a regir el cuerpo como el jinete al caballo, o como el piloto a la nave. Sin embargo, su aspiración es liberarse del cuerpo, y para ello deberá aplicar sus esfuerzos a purificarse. Las almas que logren tal purificación regresarán al mundo de las Ideas tras la muerte del cuerpo; las que no, irán a la región infernal del Hades, donde, tras un período de tormentos (específicos para cada alma según las faltas cometidas), se les permitirá elegir un nuevo cuerpo en el que reencarnarse.

La alegoría de la caverna, escrita en La República, sintetiza y expone el pensamiento platónico y su teoría sobre el conocimiento. La importancia del esfuerzo para superar el conocimiento sensible y llegar, mediante la elevación espiritual, al conocimiento racional considerado por Platón como el único capaz de llegar a ser Ciencia

Alegoría de la Caverna


LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA”              
             
                   - Compara nuestra naturaleza a una condición de este género... En una caverna subterránea, con una entrada tan grande como la caverna toda, abierta hacia la luz, imagina hombres que se hallan allí desde que eran niños con cepos en el cuello y las piernas, sin poder moverse ni mirar en otra dirección sino hacia delante, impedidos de volver la cabeza por las cadenas. Y lejos, en lo alto, detrás a sus espaldas, arde una luz de fuego y en el espacio intermedio entre el fuego y los prisioneros asciende un camino, a lo largo del cual se levanta un muro a modo de los reparos colocados entre los titiriteros y los espectadores, sobre los que ellos exhiben sus habilidades.
               - Me lo imagino completamente, dijo.
               - Contempla, a lo largo del muro, hombres que llevan diversos elementos que sobresalen sobre el nivel del muro, estatuas y otras figuras de animales en piedra o madera y artículos fabricados de todas las especies...
- Extraña imagen y extraños prisioneros.
               - Semejante a nosotros... Éstos, ante todo, ¿crees quizás que pueden ver alguna otra cosa de sí mismos y de los otros, sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la pared de la caverna que están delante de ellos... y también de la misma manera respecto a los objetos llevados a lo largo del muro?... Pues si pudiesen hablar entre ellos, ¿no crees que opinarían poder hablar de estas sombras que ven como si fuesen objetos reales presentes?
               - Sin duda, en tales condiciones, no creerían que lo verdadero fuese otra cosa sino las sombras de los objetos..
               - Y cuando uno de ellos fuese liberado y obligado repentinamente a alzarse y girar el cuello y caminar hacia la luz... ¿no sentiría dolor en los ojos y huiría volviéndose a las sombras que puede mirar, y no creería que éstas son más claras que los objetos que le hubiesen mostrado?
               - Sí...
               - Y si alguien lo arrastrase a la fuerza por la áspera y ardua salida y no lo dejase antes de haberlo llevado a la luz del sol, ... ¿no se quejaría y no se irritaría de ser arrastrado y después llevado a la luz ... y con los ojos deslumbrados podría ver siquiera una de las cosas verdaderas?
               - No, ciertamente, en el primer instante.
               - Sería necesario que se habituara para mirar los objetos de ahí arriba. Y, al principio, vería más fácilmente las sombras, y después las imágenes de los hombres reflejadas en el agua y después los cuerpos mismos; enseguida, los del cielo y al mismo cielo le sería más fácil mirarlo de noche... y por último, creo, el sol... por sí mismo... Recordando la morada anterior... ¿no crees que él se felicite del cambio y experimente conmiseración por las suertes de los otros?...
               - Creo que en verdad, preferiría cualquier sufrimiento a aquella vida de antes.
               - Pero considera aún lo siguiente: si volviendo a descender ocupase de nuevo el mismo puesto, ... ¿no tendría los ojos llenos de tinieblas al venir inmediatamente del sol?... Y si debiese nuevamente competir para distinguir esas sombras con los que habían permanecido siempre en los cepos, él, mientras permaneciera deslumbrado, ¿no causaría la risa y haría decir a los demás que la ascensión le había gastado los ojos?
               - Pero si alguno tuviese inteligencia... indagaría si, viniendo de vida más luminosa, se encuentra oscurecido por falta de hábito a la oscuridad o bien si, llegando de mayor ignorancia a una mayor luz, está deslumbrado por el excesivo fulgor.”

                                                                        Platón
                                                                   La República (Libro VII)